Ha llegado el gran día, el calentamiento lo he realizado a conciencia, haciendo hincapié en los delicados gemelos.
Los jueces llaman por los atletas para que se coloquen en la línea de salida; pienso en muchas cosas, sobre todo, el trabajo que me ha costado llegar hasta aquí, los duros y largos días de entrenamientos, las dolorosas sesiones del fisio, pero sobre todo los apoyos de los amigos y la familia, sin ellos no sería posible, ni tendría sentido todo ese sufrimiento; miro a mi alrededor y me siento pequeño, pero solo en tamaño, estoy feliz por estar aquí, eso para mí ya es un premio, ahora toca saborear y disfrutar de todas las sensaciones que me invaden.
Los jueces llaman por los atletas para que se coloquen en la línea de salida; pienso en muchas cosas, sobre todo, el trabajo que me ha costado llegar hasta aquí, los duros y largos días de entrenamientos, las dolorosas sesiones del fisio, pero sobre todo los apoyos de los amigos y la familia, sin ellos no sería posible, ni tendría sentido todo ese sufrimiento; miro a mi alrededor y me siento pequeño, pero solo en tamaño, estoy feliz por estar aquí, eso para mí ya es un premio, ahora toca saborear y disfrutar de todas las sensaciones que me invaden.
Me situó frente a la línea de salida, tercera pista, el corazón empieza a latir con fuerza, y de pronto pum, dan la salida, y me quedo en medio de todos los corredores, el ritmo es fuerte, pero lo voy llevando, algún codo me ha rozado en la salida, pero nada me va impedir llegar a meta, sea como sea, este es mi día y nadie me lo va a chafar; se suceden las vueltas y trato de no perder el contacto con la cabeza de carrera, ahora parece que nadie está dispuesto a tirar con fuerza, la estrategia entra en acción, reservo fuerzas, pues voy cómodo; llegamos a la última vuelta y al sonar la campana parece que se activa un resorte que hace que todos empecemos a mirar a todos lados, como si desconfiáramos unos de otros, la tensión ahora es máxima, la zancada se va alargando, pero nadie quiere lanzarse;
voy cuarto y parece que abrimos un pequeño hueco con los de atrás, faltan 400 metros, 300metros, 250 metros, allá voy, no me lo puedo creer, parece que floto, mi zancada es larga y alegre, nadie se esperaba mi ataque, voy por la calle 2 y me sitúo tercero, me encuentro con fuerzas y sigo, afrontamos la última recta, esta es la situación soñada tantas veces, incremento el ritmo y voy avanzando metros y puestos, último esfuerzo, 50 metros y ¡¡¡voy primero!!!, eso me da un ultimo subidon de adrenalina, y los últimos metros entro en meta casi a ciegas, mis ojos se empañan y mi corazón se hace pequeño, levanto los brazos, cruzo la meta y me dejo caer de rodillas sobre la pista, miles de imágenes y sentimientos se apoderan de mi; mis piernas tiemblan cuando intento levantarme y busco con la mirada a Pili y Andrea en las gradas, allí están dando saltos………...
Pi, pi, pi, pi, pi, suena el despertador, que bonito mientras duro, lástima que fuera un sueño.
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